sábado, 17 de diciembre de 2011

La importancia del APEGO

Hoy en día sabemos de la importancia de crear un vínculo afectivo con el bebé que sea seguro, fuerte, que le proporcione a nuestros hijos la seguridad, estabilidad, confianza y amor que necesita para extrapolarlo a sus relaciones sociales futuras.

Este fenómeno ha sido objeto de estudio ya desde principios del siglo pasado. Haciendo un breve repaso por la historia de la psicología se puede resumir en 2 vertientes que separan sus posturas sobre el apego: en un principio se explicó la predilección que tiene el bebé por su madre basada en el asociacionismo; es decir el bebé asocia a su figura de apego como aquella que satisface sus necesidades (hambre, cuidados, higiene etc...).
Lamentablemente numerosos estudios durante y tras la Guerra Civil demostraron que no es así; los orfanatos se llenaron de niños tristes, insensibles y con las miradas perdidas que no tenían una figura de apego estable a pesar de ser alimentados, educados y mantenerlos limpios en el orfanato. Por supuesto estas buenas acciones por parte del personal de los hospicios no servían a aquellos niños para crear un vínculo, ni enseñaban a saber relacionarse con los demás.
Actualmente se sabe que el apego es un fenómeno social importantísimo para las relaciones sociales y afectivas del niño. Por lo tanto la definición de apego se contrapone a la teoría que mencionábamos del asociacionismo, ya que el vínculo no depende de la satisfacción de necesidades si no que es una necesidad en sí misma.

Así podemos distinguir 4 TIPOS DE APEGO diferentes, que dependerán directamente de la relación que haya tenido el bebé con su figura de apego:
-Apego seguro: Es el que mejor refleja la confianza del niño en el adulto; prefiere sin ninguna duda la presencia de su madre pues ésta es percibida como una base segura desde la que explorar el mundo. Un bebé con apego seguro tendrá mas posibilidades de tener una adecuada competencia para las relaciones sociales en el futuro.
-Apego inseguro de tipo evitante: Este tipo es básicamente el opuesto al apego seguro. El bebé no responde de forma diferente ante la presencia de su madre o la de un extraño; sus signos de ansiedad surgen cuando se le deja sólo. En su vida adulta estos bebes podrían tender a mantener relaciones sociales frías, incluso en el ámbito amoroso.
-Apego inseguro de tipo resistente: Existe cierta ambivalencia ante la figura de la madre pues el bebé se enfada ante el abandono por parte de ésta pero también sigue mostrando su enfado cuando vuelve. En un futuro seguramente sean personas inestables socialmente y una vez mas extrapolado al mundo en pareja posiblemente muy celosos y desconfiados.
-Apego desorganizado: Se da en aquellos bebés con un comportamiento inestable y contradictorio, con una conducta difícil de describir. Puede darse en niños que han sufrido alguna experiencia de maltrato.

Por tanto y como ya he comentado, la influencia de las experiencias afectivas tempranas en nuestro comportamiento social es importante pero sin llegar al determinismo; es decir si las nuevas condiciones afectivas son lo suficientemente estables se puede llegar a modificar el modelo de relación generado por el niño. Por supuesto en estos procesos influyen numerosos factores como la edad del menor, sus circunstancias anteriores...
Claro ejemplo de ello son los casos de adopción, acogida, reinserción...que mediante un paciente trabajo por parte de las personas implicadas puede dar unos resultados excelentes y favorables para el menor.

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